viernes, 23 de mayo de 2008
Vampire's madness
jueves, 15 de mayo de 2008
CHISPA DE OSCURIDAD
Desde hacia tiempo había notado un cambio en ella. Se sentía distinta a los demás. Mirando a su alrededor podía observar, aun con mayor precisión, los cambios que había sufrido. No solo físicamente, ya que sus ojos eran más claros haciéndolos más sensibles a las luces fuertes, su piel se había tornado cetrina, pálida, fina y de un tono grisáceo con el que parecía enferma. Su cabello tenia más volumen y los bucles se habían vuelto más precisos. Las formas de su cuerpo eran curvas que parecían cinceladas y las prendas se acoplaban perfectamente a su forma. Aun así todo ello no era lo que más le preocupaba. Su actitud también había sufrido un cambio. Era fría y distante, aun con los que más compartía un lazo de amistad, notaba que algo en su interior se había congelado, no se emocionaba con las cosas que antiguamente le arrancaban sonrisas. Las pocas veces en las que sus labios se curvaban en una sonrisa era una mueca grotesca y que dejaba a cualquiera congelado en el sitio. Era tan forzada que solo podía hacer que los demás se sintieran molestos y rieran incómodos como sino hubieran notado dicha expresión, pero lo que más se podía apreciar de su cambio era en aquel invierno, rodeada de gente con grandes abrigos, bufandas, guantes y gorros en el cual ella se sentía cómoda con una camisa liviana, propia de una primavera sofocante. El cambio se había producido en apenas unos meses, poco a poco y sin apreciarlo durante la época de verano y otoño, había dejado de ser la dulce y calurosa chica, para ser la reina de las nieves en persona y el porque del cambio era un total y completo misterio que le gustaría poder resolver.
CHISPA DE OSCURIDAD
Era un nuevo día, había amanecido y ella se había puesto en pie para seguir la rutina que como cada día ocupaba gran parte de su vida. Pero en esta ocasión volvió a ser consciente del cambio que se había realizado en su interior. Al salir a la calle no pudo controlar la extraña mueca de mediana alegría que dibujo su rostro al sentir el frió recorriendo su piel. Extendió los brazos a los lados, situándolos en cruz y bebió de aquella mañana fría. El cielo estaba encapotado, gris y espeso ocultando hasta el más pequeño resquicio de ese azul que prometía ocultarse tras la gran masa de nubes que había sobre su cabeza. Aquel cielo prometía un día de lluvias que nunca llegarían, de viento frío que inundarían sus pulmones quemando su garganta al abrirse paso. Eso le hinchaba de una satisfacción acogedora. Sus ojos relucían por las lágrimas que sus ojos estaban empezando a crear por el azote del viento en su cara haciendo que sus ojos mas claros se tornasen volviéndolos de un verde esperanza que contradictoria mente dejaban ver una chispa de oscuridad, de la oscuridad que su alma sentía al saber que cada día que pasaba poseía un alma mas oscura, mas corrupta, sus emociones morían a cada paso que daba en aquel presente que le conducían a un futuro de sombras.
lunes, 25 de junio de 2007
Pesadilla
Tuve, hace un tiempo atras una horrible pesadilla, que aun revivo al leer las lineas que en su epoca escribí.
Yo iba de vacaciones con mi familia, no se muy bien donde estábamos pero la casa donde nos hospedábamos estaba situada en el centro de un lago, la única forma de llegar hasta allí desde la orilla era por una barca o por un estrecho puente, de unos escasos 60cm de anchura de madera, no tenia donde agarrarse y se hundía hasta la altura del tobillo cuando ponías un pie sobre él.
Aun no se xq, ni como, xo yo estaba en la orilla y mi familia había subido al barco dejándome sola allí, yo que no quería estar sola fui valiente he intente cruzar el puente, mis pies se mojaron y sentía una gran angustia. Yo continuaba caminando por ese estrecho puente con mi poca estabilidad ayudándome a mantenerme. Cuando iba por el centro un frío y fuerte viento soplo y caí al agua, conseguí agarrarme con una sola mano al puente y cuando, bajo el agua, miré hacía abajo descubrí que me separaban metros y metros del fondo, era tan profundo que (no me digan como es posible) unas personas que estaban de visita a unas antiguas ruinas sumergidas se veían tan pequeñas como hormigas. Mi estomago dio un vuelco y me entraron ganas de llorar. Con mucho cuidado logre agarrarme al pequeño puente con mis dos brazos y piernas, era incapaz de volver a levantarme, el miedo me lo impedía, así que arrastrándome por la superficie de madera y abrazándome fuerte al puente conseguí comenzar a moverme, me era imposible avanzar y cada vez que me movía se hundía y sin querer miraba al fondo. No podía llegar a la casa, me era imposible, por mas que avanzaba la casa no parecía acercarse así que decidí darme la vuelta, digámoslo así, me rendí y preferí quedarme sola a luchar por alcanzar a la gente que quiero. Desperté cuando llegue a la orilla con el corazón acelerado y con muchas ganas de llorar.