viernes, 23 de mayo de 2008

Vampire's madness

El viento entre ramas arrancaba sonidos a cuevas lejanas. Un lobo solitario aullaba a una luna esplendida, brillante en el cielo oscuro, ni una sola estrella podía hacerle sombra, e iluminaba a cada uno de los pequeños seres que habitaban el bosque. Un bosque que ocultaba a mas de un depredador los cuales estaban enzarzados en una lucha sangrienta ajena a ojos y oídos humanos lo bastante ciegos para no darse cuenta de aquellos seres mágicos que les rodeaban. Los choques que se producían cuando sus cuerpos de hierro chocaban eran ensordecedores, parecían los atronadores golpes que las nubes creaban, eran como verdaderos truenos en la lejanía pero mas cercano de lo que nadie podía esperar. Los rasguños en su piel de hielo parecían los sonidos de árboles arrancados de raíz. La sangre les brotaba de heridas tan profundas que cualquier ser vivo mortal habría perecido bajo tales laceraciones. Pero en cambio de sus gargantas no salía ni un solo gruñido de protesta. La rabia contenida y el deseo de venganza estaba tan a flor de piel que el ambiente se había convertido en una neblina de odio marchitando a las mas bellas flores. La sed de sangre por la muerte de su amada no acabaría con esa batalla. Perseguiría por cielo y tierra a aquellos culpables de que su sueño se evaporara. Jamás perdonaría a los seres crueles que habían cortado las alas a una pequeña mariposa que era bondad, ternura y calor. Le había aportado dicha y cordura a aquel mundo de oscuridad y la habían arrancado de su lado como si de un puñado de hierbas sin importancia se tratara. Agarró, tras muchos zarandeos, el cuello de su victima con su garra de granito, clavo sus uña, hundiendo los dedos en su carne manchando sus manos de sangre, y de una sola vez arrancó la garganta de aquel siniestro engendro. La oscura mancha que salía de su garganta creaba un charco a sus pies. Volvió a clavar sus zarpas en su pecho para arrancarle el corazón al igual que él había hecho al arrebatarle su querido amor. Lo arrojó al suelo y lo pisoteó sin miramientos, con la oscuridad mas profunda cruzando su mirada, sus ojos grises se habían convertido en mercurio por el fuego reclamando venganza. Y Gritó como nunca lo había hecho a la noche eterna que estaba condenado a vivir en soledad, y el mundo entero se estremeció, la tierra vibró y los animales corrieron desesperados por el terror de aquel aullido de dolor, de tristeza, que prometía muerte a aquellos que osaran ponerse en su camino. Acababan de crear una bestia que nadie podría detener. Un vampiro en su locura de aniquilación.




1 comentario:

María Sanz León dijo...

Gracias por psar por mi website sobre los Dark Hunters : )!

Tu web me gusta mucha, la voy a poner en páginas amigas de mi blog ^ ^. Te parece?

Besos!!